En años recientes nos hemos acostumbrado a la sobre – abundancia de noticias y artículos sobre el cambio climático y lo que posiblemente éste nos depara en el futuro cercano y lejano. Sin embargo en regiones como la Patagonia Austral aún se carece de suficientes datos como para interpretar apropiadamente bien este proceso y sus impactos, entre otros fenómenos que con seguridad están ocurriendo. En años recientes, una cooperación entre la Secretaria de Estado de Ambiente de Santa Cruz y el Grupo Forestal, Agricultura y Manejo del Agua de INTA EEA Santa Cruz ha comenzado a desarrollar estudios que permitan comprender estas dinámicas, particularmente entre el clima y el agua.
Un punto de partida crucial para poder
establecer si existe un cambio climático o un aumento en la variabilidad del
clima en una región en particular, es comprender como es el comportamiento
promedio del clima reciente. Es el equivalente a aceptar que para interpretar
qué y cómo pueden estar cambiando las cosas primero se requiere conocer cómo
han sido éstas en el pasado y cuál su dinámica hasta el presente. Hacerlo no
resulta sencillo ya que se requiere de grandes volúmenes de datos que en
general, en extensos territorios como buena parte de la Patagonia Austral, y
Santa Cruz en particular, no está disponibles.
En un trabajo recientemente aceptado
para su publicación en la revista METEOROLÓGICA, Leandro Almonacid, doctorante
en Ciencias Aplicadas de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA)
y en el marco de una cooperación entre la Secretaria de Estado de Ambiente de
Santa Cruz y el Grupo de Investigación Forestal Silvopastoril, Agricultura y
Manejo del Agua de INTA Estación Experimental Agropecuaria Santa Cruz, con
aporte financiero de ENAP Sipetrol, presentó un avance importante en la
generación de información hidroclimática que permite comprender el
comportamiento medio de las lluvias en la provincia hasta el presente. Esta es
una base fundamental para comenzar a dimensionar escenarios posibles futuros,
asociados a un cambio de clima.
La precipitación es una variable
esencial para caracterizar el clima y el ciclo hidrológico de una región. En ambientes áridos y semiáridos como los predominantes en la
Patagonia Austral, las lluvias representan una de los pocos aportes de agua a un sistema
del cual depende toda su diversidad natural e incluso las principales
actividades económicas de la región, el caudal de los ríos, la recarga de los
acuíferos, y la producción de pastizales entre tantas otras cosas.
Gracias a una exhaustiva compilación
de datos pluviométricos realizada durante poco más de 15 años, principalmente
por Oscar Bonfili (Oficina Meteorológica Río Gallegos del Servicio
Meteorológico Nacional) y Boris Diaz (INTA), con la colaboración desinteresada
de gran cantidad de propietarios de registros de precipitación como los dueños
de establecimientos agropecuarios de toda la región entre otras significativas
fuentes, se creó el Banco de Datos Hidrometeorológicos de Santa Cruz. Esta
base, compuesta de 55 estaciones distribuidas en el territorio provincial y
regiones vecinas con recursos hídricos compartidos se analiza en el artículo de
Leandro Almonacid para el período 1995 – 2014, permitiendo no solo la creación
de los primeros mapas de precipitación anual, estacional y mensuales históricos
para Santa Cruz basados en una grilla rica en datos y de larga duración, sino
que permite analizar comparativamente un conjunto de modelos globales,
disponibles libremente en internet, que suelen utilizarse como referencia para explicar
el comportamiento de las lluvias en todo el planeta y proyectar tendencias
posibles para distintos escenarios futuros.
Se encontró que más del 60% del
territorio provincial recibe anualmente menos de 200 mm anuales, encontrándose
el mayor gradiente hacia la Cordillera de Los Andes, donde se pueden registrar
hasta 750 mm anuales en el noroeste. Este gradiente se hace menos evidente
hacia el sur de la región, donde se encuentran diferencias altitudinales no
mayores a los 800 msnm de oeste a este. La costa marítima, al este de la
provincia, presenta una precipitación anual mayor que la zona central
mediterránea, con un régimen de lluvias de entre 200 y 300 mm, aumentando su gradiente
hacia el sur de la región costera. Por otra parte, se encontró que existe
cierta estacionalidad en las precipitaciones según la ubicación geográfica
dentro de la provincia. Por ejemplo, la zona sureste, en cercanías a la ciudad
de Rio Gallegos, mostró una precipitación levemente mayor en el verano que en
las demás estaciones. Esta estacionalidad también se manifestó en la zona
centro-este en cercanías a la localidad de Puerto San Julián, donde la mayor
precipitación se da en el otoño. En cambio, no existe una marcada
estacionalidad sobre la cordillera, encontrándose los valores de precipitación
media estacional entre 100 y 150 mm para las cuatro estaciones del año.
Esta base lograda representa una
herramienta útil para utilizarla como insumo en modelos hidrológicos y ecológicos,
que permitirán en los próximos años entender el comportamiento espacial del
fenómeno y particularmente, interpretar qué podría suceder con las
precipitaciones en distintas zonas de la provincia. De tal forma, también
representa una herramienta útil para la gestión de los recursos naturales, en
especial para el establecimiento y seguimiento de políticas públicas orientadas
a los recursos y actividades humanas que dependen de las precipitaciones para
sustentarse.